Hace mucho tiempo que teníamos previsto viajar a Viena pero por una u otra razón nunca encontrábamos el momento adecuado.
Tuvimos la oportunidad de hacerlo cuando vivía y trabajaba allí Pilar, hija de mi amiga Maru, que habla un perfecto alemán, hubiese sido una magnífica oportunidad de conocer los rincones más bonitos, con más encanto, y quizás menos turísticos y masificados. También pudimos hacerlo con nuestros asiduos compañeros de viaje, Paco y Alicia, que fueron con su hijo, uniéndonos al grupo, pero tampoco.
Bueno, el momento ha sido ahora. Mis queridos hijos y respectivos cónyuges nos dieron la sorpresa de sacar billetes de avión a Viena, ya no había excusa ni vuelta atrás. De no ser así seguiríamos buscando excusas para no ir o posponiendo.


Siempre he sido una gran apasionada de Sisi Emperatriz, la del cine, la idealizada, la preciosa Romy Schneider, quería conocer esos impresionantes castillos y lugares maravillosos donde habitaba.
Ya estaba bien documentada de la auténtica historia de la Emperatriz, esa idealización no era tal, los años pasan y la realidad te hace ver y sentir las cosas tal como son o han sido. Los mitos caen, pero siguen estando en un lugar del corazón, hecho a la medida de lo que realmente hubiese deseado que fuese.
De hecho mi vestido de novia se asemejaba un poco a esos trajes que lucía Sisi en las películas, no tan estridentes, ni espectaculares pero sí con un toque que los recordaba. ¡Me sentí Sisi en ese momento!
Han sido 5 días maravillosos, como un lindo viaje de novios,- mi marido y yo-, para que más. Hemos estado muy bien, y a gusto. Visto, andado y conocido muchas cosas. Disfrutado de un tiempo estupendo, soleado y primaveral, no me lo esperaba. Solo el día que fuimos a Bratislava pasamos un terrorífico frío, por el aíre húmedo más bien, el regreso por el Danubio con un precioso atardecer. Los viajes se hacen cansados y agotadores por todo lo que conlleva, madrugones, aeropuertos, visitas, interminables caminatas... Pero siempre tienes un merecido descanso al regreso y bonitos recuerdos para siempre.
Hemos topado con algunas personas algo bordes y desagradables, especialmente en el aeropuerto de Viena, incluso diría que agresivas y maleducadas. Siempre hay variedad de especímenes en todos sitios, mejores y peores. Por lo general correctos, aunque algo secos y distantes, será el clima. Nada que ver con nosotros, que también hay de todo y tenemos nuestros días, pero muy serviciales, creo.
Pasando por alto esos momentos, quedan en anécdotas, en general todo estupendo. Nos quedamos con lo mejor. Ese centro histórico impresionante, esos edificios lujosos, esas comidas ricas y abundantes y una cerveza estupenda, de todo un poco, y el deseado viaje a Viena.
Gracias corazones por el regalo, por estar y pensar tanto en nosotros, sois lo mejor.
Ahora una pequeña recopilación de algunos de los lugares donde hemos comido y disfrutado de lo más típico.
Cafe Reítter, Harald Holzer Gmbh 1060 Wen, Marahifer StraBe 73. Donde probamos las primeras cervezas. Un lugar con sabor antiguo que me recordaba a nuestro querido y desaparecido café-bar Suizo en Granada.
Hotel Sacher Bel Étage, A 1010 Wien Philharmonikerstrasse 4. La popular tarta Sacher, más fama de lo que merece, está buena pero hay postres mejores. El precio excesivo, pero había que probarla y tomar un café en ese emblemático sitio, grandes colas para su acceso.
Steinetz-Gastro A1140 wien.Wiengass, un quiosco donde degustar unas típicas salchichas de varias clases. Antojo de mi marido. Yo probé un poco para poder decir que nada que ver con las que por aquí se pueden degustar, ricas pero no es lo mío.
Wieden Bräu, restaurante, cervecería, lugar recomendado por Pilar y del que dimos buena nota de la cerveza y comida, costillar y ensalada con pollo, platos abundantes. Un sitio agradable.
Algunos restaurante más donde degustamos platos típicos como: Wiener Schnitzel, una carne empanada. Wurstel, más típicas salchichas. Cesnačka (en Bratislava), una sopa de ajo con nata y servida en un pan especial a modo de recipiente, contundente, probablemente se tomarán todo el pan, yo no hubiese sido capaz. Strudel de manzana, rico, yo soy muy de postres y dulces.
Algunos guisos y postres tengo que hacerlos yo, a mi estilo, porque soy de copiar e intentar hacer algo lo más parecido posible como el goulash y la tarta sacher.
Por lo demás, visitar todo lo recomendado, ver en Viena cuanto hemos podido, que ha sido bastante. Precioso.
Nota sobre los guías