Este año ha tocado hacer más de un disfraz. Mi nieto quería ir de lobo pero luego le dio miedo la careta, o simplemente le molestaba (es muy pequeño aún) y se la pegué en el chándal.
Mi nietas junto con su padres, de la familia Adams, a mi estilo, pero el resultado no fue malo. Todos disfrutaron de su momento y yo de ver lo bien que quedó todo. Otra cosa no tendré pero imaginación y dedicar tiempo al asunto, ya lo creo.
Mi nieta no quiso la felpa con trenzas incorporadas y mi yerno para que no pareciera un gánster cambié el rojo por blanco y negro, mejor.
Aunque sigo pensando que esta fiesta es importada, cada día tiene más adeptos, lo pasan bien y es de lo que se trata.
El día 1 de Noviembre, para nosotros seguirá siendo el de siempre, fecha para recordar, más que nunca, a los que ya no están a nuestro lado. Así como los dulces propios de la fecha, nada de truco o trato.
Eres una artista a. Benditas manos!!!
ResponderEliminarGracias
Eliminar¡Brillantemente articulado! Tu publicación se destaca y ofrece perspectivas reveladoras. Gracias por compartir tu sabiduría.
ResponderEliminarMas que sabiduría, imaginación. Un placer
EliminarRespeto por su compromiso de crear contenidos educativos e inspiradores.
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