Se reunió con sus padres, hermanas y marido a los que tanto quería. Aquí dejó desoladas a sus hijas y resto de familia que la echaremos de menos, aunque seguirá con nosotros siempre.
Los últimos años los pasó en Azpeitia, donde vive mi hermana. Ella, su marido e hija serán quienes más la extrañen por haberla tenido tan cerca a diario. Yo aún sigo pensando que la tengo que llamar como cada día lo hacía.
Tenía 90 años, casi recién cumplidos, su ciclo se había completado, no por ello resulta menos doloroso. Unos se van antes y otros después pero siempre es triste.
¡Una madre es una madre! Hacía tiempo que se esperaba el desenlace pero nunca se sabía cuando sería el momento. Ya el pasado mes de febrero fuimos a verla en viaje exprés porque parecía que no cumpliría los 90 años pero al final, como una campeona remontó, a pesar de no ser la misma Lola. Esta vez ya no ha podido más.
Siempre quedarán dudas y preguntas en el aitre de si podrías haber hecho algo más. Con esto me refiero a mí, desde tan lejos. Ese vacío, esa duda y esa oscuridad siempre quedará.
Estuvo atendida y con su familia hasta el último momento, ese es el consuelo que queda, el que han de tener. Y aquí la recibimos las personas que debían y podían estar.
Por ser una fecha tan señalada, familiar y festiva no quisimos decir nada. Pasado el duelo se comunicó, y más adelante se dará una misa por su alma y su descanso para aquellos que quieran acompañarnos.
Mi madre ya forma parte de mis oraciones como el resto de mi familia que se fueron, todos ellos siguen estando con nosotros, eso nadie se lo puede llevar.
En nombre de toda la familia te doy un Adiós con muchísimo cariño.
ADIÓS Dª DOLORES GAGO PADILLA
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