Ingredientes para unas 14 tortas, depende del tamaño, estas son grandecitas
- unas tiras de piel de limón, sin la parte blanca, lavada y seca
- 90 ml de aceite de girasol y 165 ml de aceite de oliva v.e.
- 2 cucharadas de licor de vainilla
- 200 gr azúcar
- 3 huevos medianos
- sobre levadura
- 4 cucharadas de anís semiseco
- 500 gr harina de trigo
- pizca de sal
- 20 gr harina de maíz
- 50 gr de polvo de almendra frita
- dos cucharadas de aceite de oliva para pincelar
- un plato con azúcar glas y canela en polvo para espolvorear
Mezclar azúcar con la piel de limón pulverizando, incorporar huevos, vainilla, anís, aceite y volver a mezclar el conjunto. Echar harina, levadura, sal, polvo de almendra y mezclar nuevamente hasta conseguir una pasta untuosa. Poner en un bol untado con una pizca de aceite para que no se pegue y colocar la masa. Ir agregando la harina de maíz poco a poco, al tiempo que se va mezclando e integrando en la masa.
Una vez que la masa se despega fácilmente (aunque resulta algo pegajosa), se van formando bolas y se aplastan, colocando en una bandeja de horno, donde habremos puesto previamente papel de hornear engrasado levemente antes de colocar las tortas. Se puede dar la forma que se quiera, pero no muy altas para que se hagan bien y no queden crudas en su interior. Deben quedar separadas porque tienden a expandirse y se pegan unas con otras.
Precalentar el horno a 180º y dejar unos 10 minutos antes de introducir la bandeja. Abrillantar las tortas con un poco de aceite en la superficie antes de meter al horno.
Mantener unos 15 o 20 minutos, hasta que resulten fácil de manejar. Retirar del horno y dejar atemperar un poco, los justo para ir pasando por el preparado de azúcar y canela y quede adherido y no nos quememos al manipularlas.
Una vez totalmente frías se pueden guardar en una lata o bol cerrado para que no se ablanden. Estas están crujientes, no duras. Llevamos 3-4 días comiendo y siguen estando ricas y aceptables en su textura.
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