Hacía 3 años que no viajábamos al norte, concretamente a ver a mi madre y familia a Azpeitia. Entre la pandemia, confinamiento, covid, y demás, hemos ido posponiendo la visita reglamentaria. La situación nos obliga a anticipar dicho viaje previsto para el próximo verano. Mi madre está regular y he preferido adelantar dicha visita. De momento estable aunque se aprecia un gran deterioro y bajón a simple vista.
Mi pequeña ha ido también, vuelo directo desde Mallorca donde reside. Allí hemos coincidido y muy feliz de verla y que nos acompañe en esos momentos tan especiales.
El viaje largo y algo pesado en coche, pero aprovechando cualquier momento para disfrutar del mismo con nuestros inseparables amigos Paco y Alicia que han vuelto a acompañarnos, cosa que le agradezco enormemente.
Saliendo de Granada dirección Vizcaya, desayuno en Aprisco, parada casi obligatoria cuando vamos en esa dirección. Almuerzo en Aranda, imprescindible probar el corderito. Volvemos a repetir como la última vez, en Lagar Isilla: lechazo, alcachofas con jamón, ensalada de pimientos,
canelón de lechazo, torrezno, morcilla.
Una vez en Àzpeitia lo primero ver a la familia, pasar el mayor tiempo posible con mi madre, acompañáda por mi hija, liberando lo posible a mi hermana que luego queda con ella. Aún así tiempo para todo. Parada y fonda en "Larramendi Torrea", un lugar pequeño y agradable, en el pueblo de Azcoitia, pueblos tan cercanos que hacíamos el trayecto a pie para estirar piernas y andar un poco. Bares y Restaurantes para tomar pinxos. Aunque con las fiestas recién terminadas del pueblo casi no nos quedó nada.
Desayuno con mi sobrina y mi hermana en Azuar, cafetería cercana a su casa. Bar Pastorkua, zurito 1.5. Comimos en Lau bide (lentejas, croquetas, carne guisada, bacalao frito, albóndigas y postres: goxua, tarta de queso, de manzana y yogur casero, zurito 1.30. Taberna Kantoi: lomo, tortillas de jamón y de patatas, zurito 1.25.
Al tercer día salida para el sur. Mi hija vuelve a marchar en avíón, yo con más miedo que ella porque está acostumbrada y la juventud es maravillosa. Nueva parada en Aranda y cordero, esta vez en Casa Florencio: menú
tradicional: sopa de ajo, morcilla con piminetos, ensalada, lechazo,
vino y hojaldre de crema. Y eso que no soy muy amante de la carne, pero... quién no prueba ese cordero. Viaje lluvioso, atasco al paso por Madrid, me pregunto cuanto tiempo tardan en ir al trabajo y a casa, terrible las distancias.
Llegamos Al Parador de Almagro, precioso, muy tranquilo. Nos desplazamos al centro para dar un pequeño vistazo porque la noche no está para mucho trote. Bar el Gordo, probando las típicas berenjenas de Almagro, entre otras cosas, no mucho porque venimos a tope de comer. De ello dará buena cuenta mi tripa y molestias. Por la mañana visitamos ese bonito y monumental pueblo coincidiendo con carnavales de los peques del colegio, todos ataviados de diferentes y coloridos trajes.
Seguimos ruta para hacer un alto en Navas de Tolosa para picotear algo, que es la hora. Mesón Casa Damián; migas camperas y huevos rotos, caña 1.80 con su correspondientes tapas, que en los pueblos no perdonan. Por fin en Granada, en casita. Organizar lo que se pueda y descansar a lo largo, que sentados ya hemos estado bastante rato.
Nuestros viajes son cortos pero contundentes en todos los sentidos. Hay muchas cosas que ver y se come de maravilla en cualquier lugar de España, tenemos un país maravilloso.
Feliz de haber visto a mi familia, cansada por mis asuntillos pero dispuesta a todo mientras el cuerpo aguante.
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