Quería hacer un recetario para mis hijos, que pudiesen ver y hacer las comidas que han conocido desde siempre, pero me animaron a hacerlo en un blog donde no solo ellos pudieran tener acceso. No cocino sólo porque hay que comer sino porque me gusta y disfruto haciéndolo. Quiero que mi cocina sea la más sana posible, basada en la dieta mediterránea. Siempre estoy abierta a cualquier innovación, propuesta o consejo. Además aprovecho este blog para hablar de otros temas del día a día.

jueves, 26 de agosto de 2021

Alubias asturianas

Dificultad: fácil

Ingredientes para 6 personas

  • 500 gr de alubias asturianas de grosor medio. Poner a remojo la víspera, unas 24 horas
  • 4 zanahorias, 2 pimientos verdes, 1 tomate maduro, 1 pimiento seco, 1 cebolla, 1 puerro y 3 dientes de ajo
  • 2 clavos de olor, 1 hoja de laurel, pizca de cúrcuma, toque de pimentón de la Vera agridulce y unos granos de pimienta negra
  • 1 hueso de jamón
  • agua suficiente para mantenerlas cubiertas
  •  1 cucharada de aceite de oliva v.e.

Elaboración

Lavar, pelar y trocear las verduras grosso modo (o al gusto), quitar semillas y restos. Echar todo en una olla grande y ancha, incorporar condimentos y huesos de jamón bien lavados. Agregar el aceite mezclando el contenido.

Incorporar las judías o alubias cubriendo de agua el conjunto. Dejar cocer y añadir agua fría cada vez que comience la ebullición. Esta operación se repite un par de veces más. Finalmente se dejan bien cubiertas de agua, retirar la espumilla y grasa que queda en la superficie. Tapar dejando a fuego mínimo un par de horas o hasta que la las fabes queden en su punto. Si fuese necesario se incorpora algo más de agua, estas han estado exactamente dos horas y 30 minutos y estaban muy tiernas.

Se puede sacar un poco de verdura y pasar por el batidor agregando nuevamente a las fabes para que tengan un caldo consistente. Aunque si se hacen de un día para otro estarán espesas de su propio engranaje. Estas son las fabes llamadas viudas por su falta de carnes, chorizo, tocino o morcilla. Aunque las acompañé con una tosta de sobrasada de Mallorca, muy rica (que me trajerons mis hijos, así como las fabes también las trajeron de Asturias mis otros hijos).

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