Quería hacer un recetario para mis hijos, que pudiesen ver y hacer las comidas que han conocido desde siempre, pero me animaron a hacerlo en un blog donde no solo ellos pudieran tener acceso. No cocino sólo porque hay que comer sino porque me gusta y disfruto haciéndolo. Quiero que mi cocina sea la más sana posible, basada en la dieta mediterránea. Siempre estoy abierta a cualquier innovación, propuesta o consejo. Además aprovecho este blog para hablar de otros temas del día a día.

viernes, 9 de agosto de 2019

Restaurante Paquillo (Motril)

Deambulando por los bares y restaurantes de siempre en la zona de playa, en esta ocasión quisimos ir a la parte menos frecuentada en el puerto de Motril, a ver que se cuece por allí. Uno que está pendiente de próxima visita y puede resultar interesante para bien es la Lonja. Otro, El Chato, bar de siempre, sin más ni menos que añadir.
Nos adentramos en el restaurante Paquillo, creo que ya lo visitamos hace muchos años pero no recuerdo. Está situado en la Av. Julio Moreno 88 en el Puerto de Motril. Eran las 10'30 h del pasado viernes y no había nadie. Un rato más tarde llegó un grupo y una pareja. Nosotros que estábamos en la pequeña barra de la que disponen, el resto de recién llegados también se quedaron por las mesas altas de la misma zona, nadie en los salones.
Nos lanzamos a pedir algo de pescado a ver que tal la calidad y frescura del mismo, lo poco que probamos estaba  aceptable, no pudimos pedir más porque los camareros estaban pendientes más de nuestra conversación que de su trabajo y metiendo baza, me pareció algo inapropiado. Finalmente hubo un rifirrafe de pareceres y opiniones y una sin razón por la que no estaba dispuesta a pasar y terminamos manchándonos del local.
Debo decir al respecto que el servicio dejó muchísimo que desear, sin clase, sin saber estar y comportarse ante el cliente y alardeando de su procedencia con un alto cocinero de no se cuántas estrellas Michelín, que por cierto, no me suena para nada. Hoy día las estrellas se dan más de las que debieran y por cosas espectaculares y originales no porque estén realmente ricas ¡pienso!, probablemente estaré equivocada ya que de eso no entiendo mucho, es mi opinión.
Este par de chicos que nos atendieron estaban muy sobrados, y metiéndose donde no se les llama ni se les espera, a la que salta en conversaciones privadas y metiendo gresca a cualquier comentario, que si bien era sobre el negocio, teníamos derecho a opinar sin ser reprendidos dado que no era con ellos. Y más aún cuando visitas un lugar nuevo te dedicas a observar y ver tanto el entorno como cualquier detalle, que no tiene por qué ser para mal.
Un cúmulo de infortunios. Entre ellos, pedir un vino blanco y que pongan una copa con el final, bien escurrido, de una botella y el inicio de otra. Si esto es de estrella Michelín que me lo confirmen, a mi poco entender no debe hacerse, en lugares de menos categoría han rechazado el fin de una botella, pero estos no y encima chuleando. Lo siento por el padre, que al parecer es el dueño y en el que lleva muchos años para levantarlo y mantenerlo y sus hijos se lo van a cargar.
En concreto, no creo que vuelva, siento no haber probado el suficiente producto para saber si es bueno o mediocre. Pero lo que deben mejorar, y bastante, es el servicio de camareros, que se deben dedicar a atender y agradar, sin dar opiniones, comentar o vigilar al cliente, seguro que todo irá mejor. 

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