Un día estupendo. Comienza la Semana Santa, último día de trabajo porque tomo unas minivacaciones, que me vendrán genial. Y celebro el santo en el trabajo junto a mi compañera Lola. Damos un pequeño desayuno de dulces caseros para festejar nuestra onomástica con los compañeros de trabajo, que no somos pocos.
Lola lleva, leche frita, bizcocho de chocolate y bizcocho de naranja. Yo aporto un brownie de nueces, un dulce de cuajada con frutas naturales y unas torrijas desestructuradas o invertidas. A mí me van los experimentos. En esta ocasión salió todo estupendo.
Las viandas de Lola riquísimas, como siempre y lo mío idem. Nos dimos un buen desayuno que concluyó, de manera inesperada, con churros y chocolate que tuvo a bien invitarnos Emilia, la jefa por ser su cumpleaños y próximo santo.
¡Contundente sin duda!
Si añado al desayuno que el almuerzo comí con mi marido en el Katena, un espectacular lenguado y unas quisquillas de Motril, sin parangón... y remato la jornada con mis amigos tomando unas cervezas en la noche, el día fue completico.
A ver como se comportan los divertículos con el festín que se llevaron. En concreto, una jornada bastante buena, sin duda. Gracias a todos los que se acordaron de mí, muchas gracias.
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