El aceite de oliva, tan nuestro, tan maravilloso y apreciado, ingrediente fundamental en nuestra dieta y en la elaboración de cualquier plato. Un simple trozo de pan con aceite ya resulta exquisito por sí mismo. ¿Quién no ha comido un buen pan con un poco de aceite de oliva virgen extra? Tan sencillo y tan rico.
Nosotros, mi familia, somos fieles desde siempre al aceite de oliva virgen extra del Molino Las Parras, Ribera Alta (Alcalá La Real-Jaén).
Pero hemos querido probar diferentes tipos para poder ver la diferencia entre ellos. Tenemos entre otros las variedades picual, arbequina, hojiblanca y cornicabra. Y vamos a hacer una pequeña cata entre ellos. Incluiremos un rico aceite que nuestro vecino Manolo ha tenido a bien regalarnos y que es de su propia cosecha, de la zona de Campillo Arenas (Jaén), y que viene envasado en una lata de un 1 litro. Es de un sabor dulzón, afrutado que resulta ideal para aderezar refrescantes ensaladas.
Finalmente un aceite artesanal que hace unos días me regaló mi amiga Pilar C., de unos amigos suyos de primera presión, con una mínima cantidad de producción y que no se comercializa, por eso es todo un tesoro. Todo un lujo, un aceite muy oscuro, de sabor fuerte y contundente pero muy rico.
España es una maravilla en muchas cosas pero en variedad de aceites y jamones, sin competencia, los mejores.
Finalmente un aceite artesanal que hace unos días me regaló mi amiga Pilar C., de unos amigos suyos de primera presión, con una mínima cantidad de producción y que no se comercializa, por eso es todo un tesoro. Todo un lujo, un aceite muy oscuro, de sabor fuerte y contundente pero muy rico.
España es una maravilla en muchas cosas pero en variedad de aceites y jamones, sin competencia, los mejores.
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