Acabo de recibir una triste noticia, impactante. Sergio, camarero del
Katena, colombiano, murió ayer de un infarto. Es muy triste saber que a esa persona no
la verás más. Era la vidilla de la barra, buen trabajador, profesional, correcto y muy agradable.
Somos clientes asiduos durante todo el año de este restaurante y siempre gratamente atendidos por Sergio.
A mi hija Beatriz, que estaba almorzando allí con unas amigas, se le acercó un camarero para comunicarle el triste acontecimiento.
Ayer tras su jornada laboral de la mañana se fue a casa a descansar hasta el siguiente turno y ya nunca volvió. Un grave infarto lo dejó fulminado sin más.
Ayer tras su jornada laboral de la mañana se fue a casa a descansar hasta el siguiente turno y ya nunca volvió. Un grave infarto lo dejó fulminado sin más.
Cuando me han comunicado el fatal desenlace me ha impresionado mucho. Hace unos días viéndolo con esas ganas de vivir, de trabajar, derrochando energía, ¡hoy lo incineran!
En los últimos meses estoy viendo como desaparecen personas a las que quieres, aprecias, conoces y que todas van dejando una pequeña o gran huella con su ausencia. A las que echas de menos sin lugar a dudas y a quienes tardas un tiempo en aceptar que no vas a verlas más.
Mi querida Patro, Mª Carmen, Lorenzo, Mari, Sergio.
Una pena que te lleva a recapacitar en lo efímero que es todo. Lo único
importante es el momento que estás viviendo, sin más. Disfrutar lo que
tienes y compartirlo con las personas que quieres. Esto es todo y lo que importa.
Lo siento Sergio,
papito. Descansa en paz.
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