La boda de mi pequeña, Ángela Alejandra

Muchos meses de nervios, los últimos días de agotamiento, trabajando hasta el último minuto, intentando que todo salga bien. Dedicado a mí, poco tiempo, peluquería y manicura. El día era para mi hija y todo estaba enfocado a ella.

Siempre quedan detalles que olvidamos, no yo, que los apunto por eso de la memoria, sino la delegación que haces en personas que son profesionales y piensas que las van a hacer pero que al final olvidan.

Esta boda se divide en fases. 

1. Tengo muchas manualidades que quiero compartir con vosotros por si os gustan y son ideas que sirven para cualquier evento festivo de esta índole, de hecho hay algunas que se van a realizar para la boda de una amiga de mi hija que es en breve.
2.  El lugar donde se celebró, el cortijo Alameda, genial pero... siempre hay algún pero que no tengo más remedio que referenciar para que los próximos que decidáis casaros allí lo tengáis presente.

3.  Y lo más importante la boda en sí, esos maravillosos novios, esa genialidad de personas. El sorprendente y original baile que tuvimos la suerte de presenciar. Todo fue una preciosidad y eso lo dice todo el mundo que allí estuvo. No creo que lo digan por decir, porque realmente fue excepcional.
   Mi hija, la novia, era de las novias más lindas que se han visto. Guapísima, dulce y elegante. En un principio el vestido no fue el que más me gustó a mí, pero debo reconocer que acertó de pleno, era ella en toda su naturaleza. Para la ceremonia un sencillo recogido pero no menos complicado que luego debía terminar en una preciosa cola. El velo con adornos de pedrería que yo misma confeccioné, más tarde unos adornos de flores naturales que se los hizo una amiga, para mí un poco simples.
   

   El novio Eulogio José, el que cualquier mujer quisiera para sí, guapo, cariñoso y muchas cualidades que todos cuantos lo conocen saben que tiene.
   Una pareja encantadora, los padres de uno y otro fantásticos, hemos congeniado de muy buena manera y pienso que todo va a ir sobre ruedas para hacer la vida de nuestros hijos lo más cómoda, feliz y relajada posible.
   Dos días antes se celebró la boda oficial, papeleo y firmas, y también resultó algo sencillo y emotivo. De eso se encargó el juez de paz de Albolote que nos dedicó unos minutos inolvidables y amenos. Después una celebración familiar en el restaurante Monte Vélez donde estuvimos muy a gusto, comimos de maravilla y seguiremos visitando de vez en cuando porque la relación calidad precio es inmejorable.
4. Sentimiento de una madre: Cuando me dijeron que se casaban, mi pequeña y su novio, casi no podía asimilarlo. Era mi chica, mi pequeña, me la iban a robar para siempre. Ya no sería únicamente mía.
   Por un lado mucha alegría y por otro el saber que abandona la casa paterna para comenzar su nueva andadura, acompañada del amor de su vida, y formar su propia familia.
   ¡Qué pronto había pasado el tiempo para llegar a ese punto!
   Fue más extraño por ser la pequeña y la primera en dar ese importante paso. Por suerte, una vez pasado y asimilado el momento, no siento que haya perdido nada, por el contrario he ganado un estupendo hijo, más los nietos que quedan por venir en un futuro.
   Me siento feliz y dichosa de ver la felicidad de mi hija. De haber participado en los preparativos para tan grato acontecimiento, de verla con su vestido la primera vez en la tienda y de saber que no habría otra novia más linda que ella.
   Aún recuerdo la primera vez que la vi, a esa pequeña criatura, recién nacida, tan morena y con mucho pelo rizado, una carita sonrosada y redonda completamente. Una preciosidad. Una imagen que guardaré para siempre dentro de mi al igual que su cara de felicidad el día de su linda boda.
   "Pese a todo, seguirás siendo mi pequeña"


P.D.
Quiero dar mi más sincero agradecimiento a todas las personas que nos acompañaron en esos momentos tan dulces y especiales, algunas haciendo un gran esfuerzo para ello, consiguiendo hacer un día 1 de septiembre de 2017 inolvidable. Gracias de todo corazón.