Quién podía imaginar que el día 24 de diciembre, la tradicional cena de Navidad, la que todos andamos organizando y preparando para pasar una noche divertida, tranquila, en familia, rodeados de personas que comparten tu vida y a los que quieres tanto, se iba a ver enturbiada con una mala, muy mala noticia. A pesar que cada vez faltan más personas a las que añoras, van llegando otras nuevas para llenar mínimamente esos vacíos que quedan. Esto es así, es la vida, se admite y se tolera como buenamente se puede. Pero para lo que nadie está preparado, es para noticias tan trágicas a la vez que terribles que te dejan tan helado que apenas puedes reaccionar.
De buena mañana nos avisan que Chari, una prima de mi marido, prácticamente de mi edad, se ha suicidado. Cómo asumir esta noticia ¡Qué terrible! durante unos instantes no puedes creerlo, quedas paralizado mientras un escalofrío desagradable recorre el cuerpo, no reaccionas. Y pasado el primer momento te haces miles de preguntas sin respuesta que te van llegando al alma. Que le ha pasado a esta persona para hacer algo tan fuera de lugar. Donde está el límite del ser humano hasta que llega el momento de una cosa así. Fue un día triste y duro. Poniéndose en lugar de hijos, hermanos y familiares más allegados es y será por siempre un día imposible de olvidar por muchas razones.Ya todos recordaremos a Chari pero irá siempre unida al 24 de diciembre. Chari, una mujer guapa, muy guapa y sumamente agradable pero con mala fortuna en su vida. No tenía esa estrella con las que muchas personas son agraciadas al nacer. Sin madre desde joven, con la muerte también temprana de su hermana, con un matrimonio fracasado que fue la raíz del largo holocausto. Desde ese momento su vida dejó de tener rumbo y sentido. Quizás no encontró amor y apoyo donde poder sustentar sus cimientos nuevamente, quizás no dejó que nadie le tendiese una mano para guiarla. Lo único cierto es que le pasó unos instantes por la cabeza esa locura que a muchos nos pasa durante un segundo, pero vuelves rápidamente a tu realidad, a tu vida y sigues en la lucha diaria, esa lucha que ella no pudo o no quiso seguir. Ese camino truncado que vio una luz al final y quiso alcanzar de esta triste manera. De verdad que lo siento, todos lo sentimos. Descansa como te mereces y espero que hayas encontrada la paz que tanto necesitabas. Adiós Chari.
No hay comentarios:
Publicar un comentario