Nuevamente hablamos de este lugar sito en Valdepeñas, y para seguir diciendo que no ha bajado la guardia, sigue estando bien. Un lugar en el centro del pueblo, una casa vecinal con patio, restaurada y adaptada a restaurante. Regresábamos de Madrid cuando comentamos a mis cuñados, Ana y Norberto, lo bien que comimos en ese lugar unos meses atrás. Estando de acuerdo en hacer una parada y un tentempié, acudimos a la Venta del Comendador donde pudimos comprobar nuevamente que se come bien.
Nos pusieron todas las tapas que corresponden a cada consumición y algunas más, (morcilla de cordero con piñones, migas manchegas, pisto manchego, ensaladilla...), no como en otros sitios que se saltan alguna si pides raciones. Todo muy acertado, (cerveza con vaso frío, queso manchego, tostas de lomo con crema de queso), incluyendo presentaciones y servicio, como la camarera que nos atendió, Vanesa, una chica encantadora, eficiente y simpática además de muy profesional, difícil encontrar tantas cualidades en una misma persona, (muy distante y distinta a las que encontramos en la calle Serrano la noche anterior en Madrid).
Nos pusieron todas las tapas que corresponden a cada consumición y algunas más, (morcilla de cordero con piñones, migas manchegas, pisto manchego, ensaladilla...), no como en otros sitios que se saltan alguna si pides raciones. Todo muy acertado, (cerveza con vaso frío, queso manchego, tostas de lomo con crema de queso), incluyendo presentaciones y servicio, como la camarera que nos atendió, Vanesa, una chica encantadora, eficiente y simpática además de muy profesional, difícil encontrar tantas cualidades en una misma persona, (muy distante y distinta a las que encontramos en la calle Serrano la noche anterior en Madrid).
Todos estuvimos de acuerdo en que fue un acierto esa parada, probablemente habrá más de una cuando volvamos a pasar por la zona. Felicitaciones.
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