He tenido un parón en el blog porque desde el día 15 estoy pasando unas mini vacaciones pagadas, (por ahora), en el Hospital de Traumatología de Granada por una intervención programada, estaré al menos 7-8 días y después debo recuperarme, espero poder retomar cuanto antes mis actividades cotidianas, de momento la cocina quedará un poco en stand by. He intentado dejar algunas cosas en el frigorífico y otras congeladas para la familia, pero aún así, hay quien ha comido 3 días lo mismo y otras cosas se han pasado de fecha, en el congelador hay productos etiquetados listos para descongelar y comer pero como están mal acostumbrados, al final comerán anárquicamente cómo y dónde quieran, al menos yo tengo asegurado el menú del día sin preocuparme nada más que de comerlo. Aunque no estoy muy satisfecha con la comida hospitalaria, hay algunas cosas aceptables pero otras son penosas, ya sabemos que en un hospital no se puede exigir mucho pero recuerdo haber comido mucho mejor en alguna ocasión anterior, más calidad y preparación esmerada, los antiguos cocineros José Luis y Felipe, (los que yo conocía), eran buenos en su trabajo, esperemos que sólo sea efecto de la crisis y dado que el único acontecimiento más significativo en un hospital, es la hora de visita médica y cuando se oyen los carros de comida, podamos comer menos mediocremente. De cualquier forma cuanto menos vaya uno por esos andurriales mejor para todos.
Quería hacer un recetario para mis hijos, que pudiesen ver y hacer las comidas que han conocido desde siempre, pero me animaron a hacerlo en un blog donde no solo ellos pudieran tener acceso. No cocino sólo porque hay que comer sino porque me gusta y disfruto haciéndolo. Quiero que mi cocina sea la más sana posible, basada en la dieta mediterránea. Siempre estoy abierta a cualquier innovación, propuesta o consejo. Además aprovecho este blog para hablar de otros temas del día a día.
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