Este restaurante podemos encontrarlo en el Paseo de las Explanadas en Motril. En alguna ocasión anterior hemos visitado el recinto.
Es un lugar con una decoración bien diseñada, con gusto aunque quizás algo recargada. Lo que está claro que en su inicio se gastaron buen dinero para hacer un lugar salido de lo cotidiano.
La cerveza que se suponía fría porque tienen una máquina especial de congelación, en las dos ocasiones que hemos estado este año, se había terminado y no funcionaba. Mala suerte para los amantes de los vasos helados.
En cuanto al tapeo, bien, normal, sin mucho que resaltar. Pedimos unas croquetas de rabo de toro que aún estando buenas no terminaron de convencerme, salía un liquido de su interior que aún me pregunto por qué, es la primera vez que lo veo en una croqueta.
Mis hijos si son amantes del lugar, las veces que han comido les ha gustado. Nosotros volveremos otro día, esperando probar esa fresca cerveza y a pedir algo para poder decidir si es de mi agrado ciertamente.
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