Este local lo encontramos en la calle General Narváez. Es algo modernista, una decoración sencilla pero bien. Regentado por una chica muy agradable y una cocinera que sabe lo que hace.
Las tapas están bastante bien y ricas. Tiene unas croquetas de jamón más que aceptables, cremosas y con sabor. Las presentaciones trabajadas. En general la comida está muy bien.
Como siempre, las cervezas algo grandes, aunque en un principio resultan frías, se calientan rápido por el tamaño, y nosotros no somos de los que damos mucho margen para beber.
Quizás la sonorización sea algo contundente, especialmente si hay más personal de la cuenta. Pero si la cosa está tranquila, recomiendo el sitio.
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