En la época que estamos, no hay más remedio que hacer un leve descanso culinario. Las comidas son más ligeras, las cervecitas más abundantes y la entrada en la cocina es francamente un sacrificio, especialmente en mi querida cocina que es más un horno que otra cosa, da el sol toda la tarde y es terrible ponerse a cocinar. Aun así algo se va haciendo, y mucho gazpacho fresquito. Esto viene en relación a las pocas entradas que se estoy haciendo en los últimos días.
El descenso culinario lo suplo con algunas manualidades veraniegas como son las que se exponen. Globitos para las sandalias o adornos. Esta idea me la dio mi amiga Conchi del Restaurante la Leñera, y ya se sabe que cuando a mi me da por algo... hasta agotar existencias.
Así como algunas cintas para las gafas para las amigas de mi hija o felpas para el pelo. Realmente parar lo que se dice parar... yo no sirvo para eso.
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