En esta ocasión se casan Norber y Marta. Una pareja encantadora. Lo hacen en Madrid donde ellos viven y nos desplazamos hasta allí para acompañarlos en su enlace. Una boda original y simpática como ellos mismos. De la celebración religiosa, nada en particular, bien. A la salida casi me mato por las escaleras de no ser por mi hijo al que me aferré como una lapa y no rodar por las monumentales escaleras de piedra. Este sería uno de los tres sustos que me llevé ante una inminente caída con las trágicas consecuencias de haberlo hecho, Finalmente, de camino al hotel, el pantalón a la remangadé para evitar más sobresaltos.
El lugar de la celebración Finca la Albada, algo lejos para personas como nosotros donde las distancias son cortas por largas que sean, pero eso para Madrid, estaba a la vuelta de la esquina, un sitio agradable y bonito. En cuanto a las viandas, sorprendentes para bien. Los aperitivos excelentes y abundantes, la cena estupenda. Por todo lo alto. Pero... como en cualquier boda que se precie siempre hay algo que objetar, en esta ocasión sólo decir que las ostras podían haberse suprimido, dado que la mayor parte de los comensales se tomaban la espuma de limón y dejaban la ostra. Que el Don Perignon para el brindis final también podía haber sido algo más corriente ya que las copas quedaron prácticamente enteras en muchas mesas. Y el final, que los autobuses de regreso deberían haber sido a tres horas distintas en lugar de dos, dado que hubo mucha gente, entre la que me encuentro, que hubiésemos optado por uno un poco más tarde pero no tanto como el último, se podría haber disfrutado algo más del bailoteo. Salvo estos pequeños detalles, que podrían haber reducido factura, todo estuvo muy bien. Felicidades chicos por el enlace, el viajecito que os estáis dando y que disfrutéis para siempre. Besos y gracias.
El lugar de la celebración Finca la Albada, algo lejos para personas como nosotros donde las distancias son cortas por largas que sean, pero eso para Madrid, estaba a la vuelta de la esquina, un sitio agradable y bonito. En cuanto a las viandas, sorprendentes para bien. Los aperitivos excelentes y abundantes, la cena estupenda. Por todo lo alto. Pero... como en cualquier boda que se precie siempre hay algo que objetar, en esta ocasión sólo decir que las ostras podían haberse suprimido, dado que la mayor parte de los comensales se tomaban la espuma de limón y dejaban la ostra. Que el Don Perignon para el brindis final también podía haber sido algo más corriente ya que las copas quedaron prácticamente enteras en muchas mesas. Y el final, que los autobuses de regreso deberían haber sido a tres horas distintas en lugar de dos, dado que hubo mucha gente, entre la que me encuentro, que hubiésemos optado por uno un poco más tarde pero no tanto como el último, se podría haber disfrutado algo más del bailoteo. Salvo estos pequeños detalles, que podrían haber reducido factura, todo estuvo muy bien. Felicidades chicos por el enlace, el viajecito que os estáis dando y que disfrutéis para siempre. Besos y gracias.
PD.
De la ropa prevista para el enlace nada de nada, 1ªopción, me sentía incomoda y redonda, 2ª opción algo mayor y corriente para mi estilo, 3ª opción, no había más remedio que ponerse eso si o si.
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