Unos días antes de la recién pasada Navidad, tuve que ir a la consulta de hipertensión porque andaba con la tensión bastante alta. Después de hacer unas pruebas y poner un holter, etc, se concluyó que la tensión era emocional, y no me aconsejaban un tratamiento específico, sólo tratar de no ponerme nerviosa, aunque esto es casi imposible porque soy bastante nerviosa por naturaleza, y aún más cuando algo me supera. A la vuelta todo sigue igual, mucho trabajo, poca gente para realizarlo, mucho estrés y todas las mañanas moviditas. Quiere decir que la tensión así es difícil que se controle. Lo peor, es que no es un caso aislado el mío, hay bastantes compañeros con el mismo problema.
Con el rollo de la crisis el personal asume enfermedades, bajas por enfermedad, jubilaciones. El personal cada vez más viejo y no reponen savia nueva. A la vuelta de unos años, va a parecer que estamos en un geriátrico pero somos los trabajadores de la empresa. Qué locura.
Lo que debería hacer al menos, la consulta de medicina preventiva o el departamento de salud laboral, es un estudio al respecto porque no es normal que en un departamento haya tanta gente con el mismo problema.
Por otro lado, la consulta de hipertensión, estupenda, la enfermera, Conchi, haciendo el trabajo de dos personas, a dos bandas, una y otra consulta, sin parar, pero siempre agradable y sonriente, el médico que me atendió encantador, cordial y amable. Así da gusto. Aunque mejor no tener que ir a ninguna consulta, pero si hay que ir... al menos con gente agradable y que estés cómoda, que no tengamos que decir, después de jodido apaleado.
Muy bien Loli.Lo has descrito perfecto.Menos mal que yo ya no estoy, aunque lo siento por los que aún estais allí.
ResponderEliminarPues seguimos liados con tensiones disparatadas. Unos y otros siempre tenemos el aparato de la tensión funcionando. ¿por qué será?
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