2ª vez que aterrizamos aquí y porque nos falló al que íbamos, que estaba cerrado. Como la vez anterior no estuvo mal decidimos quedarnos. Además de hacer caso omiso cuando les preguntamos si las gambas eran frescas, para pedir una ración, pasamos de hacerlo y nos limitamos a tomar unas cervezas, comprobando que ponen unas tapas grandes, aunque personalmente las preferiría más pequeñas y de mejor calidad. Unos calamares fritos que les sobraba harina a raudales y duros de masticar, podías optar por mascar como chicle, tragar directamente, o dejarlos como yo hice.
Yo que siempre hablo de los sitios refiriéndome a las tapas, no es que yo quiera comer a base de ellas, precisamente en muchos casos ni las pruebo si no me gusta lo que me ponen, todo lo contrario, me gusta una cosa justa, proporcionada y sobre todo de calidad. No quiero tapas que se desbordan del plato, que llenan la vista y que son incomestibles. Nuestra ciudad que es de tapeo, es a lo que estamos acostumbrados, las tapas nos gustan, pero hay que hacerlas con un poco de categoría. Aunque a mucha gente le gusten las tapas grandes, deben ser de calidad, así luego se oyen comentarios, como el otro día me dijeron, "la gente se come cualquier cosa". No, no es cierto, yo soy gente y no me como cualquier cosa que no sea medianamente aceptable.
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