En referencia al bar, que es lo que he conocido, puedo decir que se pide lo tradicional en estos sitios. Un choto al ajillo muy bueno, la morcilla (de Güéjar Sierra), estaba estupenda, las patatas a lo pobre con pimientos, a pesar de no ser recientes se podían comer. El lugar estaba limpio al igual que los aseos. Aunque si piensan ir a tener una charla con el camarero, quizás dueño, no se molesten porque es totalmente parco en palabras, muy seco en sus maneras por decirlo de alguna forma. Hay gente que tiene motivos para estar malhumorado y aún así se les escapa alguna sonrisa, a este señor No. Pero para comer se puede ir sin problemas, quizás otro día te lleves encima una palabra agradable y gesto risueño.
Quería hacer un recetario para mis hijos, que pudiesen ver y hacer las comidas que han conocido desde siempre, pero me animaron a hacerlo en un blog donde no solo ellos pudieran tener acceso. No cocino sólo porque hay que comer sino porque me gusta y disfruto haciéndolo. Quiero que mi cocina sea la más sana posible, basada en la dieta mediterránea. Siempre estoy abierta a cualquier innovación, propuesta o consejo. Además aprovecho este blog para hablar de otros temas del día a día.
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