Quería hacer un recetario para mis hijos, que pudiesen ver y hacer las comidas que han conocido desde siempre, pero me animaron a hacerlo en un blog donde no solo ellos pudieran tener acceso. No cocino sólo porque hay que comer sino porque me gusta y disfruto haciéndolo. Quiero que mi cocina sea la más sana posible, basada en la dieta mediterránea. Siempre estoy abierta a cualquier innovación, propuesta o consejo. Además aprovecho este blog para hablar de otros temas del día a día.

miércoles, 11 de julio de 2018

Nueva subida al Norte

Hacía unos años que no íbamos de viaje al Norte, a la zona del País Vasco, donde vive mi madre y hermana, así como la unión con la Rioja. Es un viaje que suele ir en conjunto.
Llegamos en primera instancia a la Rioja, no sin antes desayunar en Aprisco en Puerto Lápice y parar para comer en Aranda de Duero, visita ineludible, mi marido no pasa cerca sin parar a degustar el lechal de la zona, ese maravilloso cordero y resto de viandas que allí se comen. En cada ocasión que hemos hecho parada y almuerzo, hemos estado en un diferente restaurante, con la gran alegría de acertar siempre, allí no hay sitio donde se coma mal. En esta ocasión nos decantamos por el Lagar de Isilla. Un mesón estupendo donde sirven rápido, eficiente y cantidad-calidad. No se puede decir nada más, que estaba fenomenal.
Seguimos ruta para hacer noche en Ezcaray, pueblo de la familia de mi amiga Alicia y donde pudimos pasear y tapear agusto. La costumbre del chateo es de lo más original, van hacia todos los bares bebiendo y comiendo en un corto espacio de tiempo de manera que puedan ir a cuantos más sitios mejor, esa es la costumbre de toda la parte por donde hemos viajado. Un pueblo muy bonito y con mucho encanto, casi como todos los de la zona. El hotel Palacio Azcarate, donde dormimos a pierna suelta, entre el cansancio del viaje y que no se oía ni un suspiro, fue la 1ª noche de total relax. El almuerzo lo hicimos en el Restaurante Echaurren de cocina tradicional riojana.
Debo decir que dentro del entorno del pueblo y el paraje que lo rodea, era de un corte algo más moderno de lo que debería. La comida en relación calidad precio, no muy equilibrada, pero había que probar si o si.
Seguimos camino hacia Laguardia, en la Rioja Alavesa, desgraciadamente en esta ocasión no pudimos hospedarnos en las Bodegas Palacio, como en ocasiones anteriores porque estaba al completo desde hacía tiempo. Aún así el hotel "Villa de Laguardia" recomendado por Begoña, encargada de dichas bodegas estaba bastante bien. Visita obligada a la zona, pinchos típicos y al día siguiente visita y una cata en nuestras queridas bodegas Palacio, extraordinarios caldos para saborear y un detalle al finalizar la visita con el obsequio de un vino crianza de Glorioso. Queda pendiente hacer el pedido anual a dicha bodega dado que es el vino que habitualmente solemos tener en casa.
3ª noche la pasaríamos en Azpeitia, lugar donde reside mi familia. Con tiempo suficiente, de eso se trataba, de estar con mi madre una horas, ver a mi sobrina y pasear por el pueblo con mi hermana y cuñado para que nos llevasen a las zonas típicas. Ese día se festejaba el pintxo-pote, viene a ser un pincho algo más pequeño de lo habitual pero que lo sirven gratis con la bebida, en un horario concreto, hasta las 21h, después lo tradicional, a pagar pinchos y bebidas. Todo fenomenal pero dejas el lugar con bastante tristeza al saber que allá quedan tus seres queridos hasta un próximo viaje, no puede ser muy frecuente por mis condiciones personales, que no vienen al caso pero que me retraen bastante.
4º noche que pasaremos en San Sebastián, una ciudad señorial y preciosa. El tema de los pintxos es un puntazo, hay miles en exposición para elegir los que se quieran. Algunos sitios son increíbles, muy buenas elaboraciones. En algunos otros la bebida para ser zurito, lo que viene a ser una caña algo más corta, es bastante cara y los pinchos más caros aún, en unos minutos te han dado un clavo de mil demonios. Otros, aún siendo mejores, no son tan abusivos. El almuerzo lo teníamos reservado en el Restaurante "eMe Be Garrote" (Berasategui), situado en una antigua sidrería, muy chulo, atendido por cantidad de becarios en prácticas, atentos, amables y eficientes, siempre bajo la atenta mirada de los encargados. Todo muy bien servido y un menú ejecutivo, exquisito, original, en su justa medida de cantidad, calidad y precio, me encantó.
Ultimo día de regreso a nuestra ciudad, en el trayecto parada para almuerzo en lugar de carretera "Los Arcos", que casualmente fue donde habíamos parado la última vez, que me había parecido bastante acertado pero en esta ocasión mi opinión es bien distinta, un pisto con pimientos muy pellejudos, imposible de masticar y el resto de comandas nada destacables para bien. Espero no volver a caer en el mismo lugar por despiste, iremos más avispados.
En realidad, la ruta estaba hecha, era conocida de ocasiones anteriores, con algunos cambios nuevos para ir conociendo otros pueblos además de los ya visitados en varios viajes anteriores.
¡Todo fenomenal!
La compañía muy buena, con nuestros amigos Paco y Alicia, estrenando un coche Peugeot 3008 que se han comprado y se le ha hecho un buen rodaje.
Como en más de una ocasión he dicho, nuestros viajes son muy gastronómicos, amén de visitar lo más destacado del lugar y callejear para ver lo más interesante, al final nos centramos en el buen comer y beber.
Me siento feliz de haber visto a mi familia, a mi madre, que está mejor de lo que me esperaba y pensando cuando repetiremos.

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