Dificultad: media
Ingredientes para 4 personas
- 200 gr de bechamel (se puede comprar preparada)
- 4 cucharadas de tomate frito (puede ser de bote)
- 3 lonchas de queso cheddar
- 16 tiras finas, largas y anchas de calabacino (cortadas a lo largo del calabacino y desechando las partes finas exteriores. Hemos de conseguir unas tiras anchas para rellenar, el resto del calabacino se utiliza en el sofrito)
- 3 cucharadas de aceite de oliva v.e.
- 1 pechuga de pollo limpia y abierta partida en trozos muy pequeños
- 1 puerro
- 1 diente de ajo
- 1 pimiento verde
- 1 zanahoria
- sal, pimienta molida negra y orégano
Elaboración
Poner las tiras de calabacino unos segundos a la plancha para dorar y ablandar. En una sartén echar el aceite con el diente de ajo muy picado dejando que se dore levemente. Incorporar la zanahoria, pimiento, puerro y resto de calabacino, en trozos pequeños. Dejar que se poche todo unos 5 minutos. Agregar el pollo, aderezar con sal, pimienta y orégano y mezclar todo para que al tiempo que se hacen los trozos de pollo queden impregnados de los sabores de las verduras. Dejar unos 7 minutos y retirar que se enfríe un poco.
Echar un par de cucharadas de tomate al preparado y mezclar bien. Debe quedar un preparado compacto y sin restos de líquido o aceite. Preparar una fuente de horno donde se echa en la base el resto del tomate frito y encima vamos a ir colocando los calabacinos rellenos. Tomar una tira de calabacín y poner un poco de relleno y enrollar hasta formar un pequeño rulo dejando encima del tomate. Terminar con todos los calabacines y regar con la bechamel. Se incorpora el queso en trozos por la superficie y se puede culminar con un toque de pimienta y orégano al gratinar.
Es una forma distinta de tomar canelones, en lugar de pasta usamos verdura. Un toque distinto pero bien sano y sabroso.
El calabacín aporta vitaminas A, B o C y minerales como el magnesio, yodo, calcio y en gran medida potasio.
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