Quería hacer un recetario para mis hijos, que pudiesen ver y hacer las comidas que han conocido desde siempre, pero me animaron a hacerlo en un blog donde no solo ellos pudieran tener acceso. No cocino sólo porque hay que comer sino porque me gusta y disfruto haciéndolo. Quiero que mi cocina sea la más sana posible, basada en la dieta mediterránea. Siempre estoy abierta a cualquier innovación, propuesta o consejo. Además aprovecho este blog para hablar de otros temas del día a día.

jueves, 18 de junio de 2015

Viajamos nuevamente al norte

Parte 1 (Resumen)
Viajar al Norte es siempre una buena opción, como dice mi amiga Mª Angeles. Nuevamente visitamos Aranda de Duero, Logroño, Vitoria, Azpeitia y Bilbao. Digo nuevamente porque hemos estado varias veces en estas ciudades.
Volver a estos estupendos lugares y comprobar que siguen siendo magníficos en cualquier momento para hacer turismo tanto cultural como gastronómico.
Cambiando de amigos y compañeros de viaje, en esta ocasión lo hemos hecho con Alicia y Paco, unos amigos de muchos, muchos años con los que hemos compartido algunas otras rutas pero hace tiempo.
Han sido escasos los días y largo el recorrido pero se trataba de aprovechar el momento para visitar a mi madre que desde hace algún tiempo, por circunstancias de la vida, vive en Azkoitia. El viaje estaba ideado principalmente para eso, pues hacía bastante que no la veía. Mi deseo era estar más tiempo del que estuve acompañándola, pero siempre hay imprevistos y retrasos por una u otra cuestión que obligan a reducir tiempos y lugares. Además, la climatología bastante irregular. Ni siquiera he visto a mi sobrina después de tanto tiempo y tan largo viaje. He vuelto un poco con la sensación de que no ha sido fructífero para mi objetivo inicial y principal. Mis compañeros de viaje se han prestado incondicionalmente a mis deseos, pero tampoco he querido abusar de la situación y por tanto me he visto un poco entre una y otra cosa agobiada por querer estar en todo y al final casi en nada. Me he quedado con un sentimiento de culpa por muchas cosas. He de volver pronto única y exclusivamente para hacer lo que se ha quedado pendiente. Desde luego en avión porque el coche tantas horas me ha dejado más muerta que viva. Mis hijas lo organizarán para cumplir con la asignatura pendiente.

Parte 2
Ruta- Aranda de Duero, Logroño, Vitoria, Azcoitia-Azpeitia y Bilbao
Saliendo de Granada y haciendo una parada para un ligero desayuno, dado que teníamos previsto comer en Aranda de Duero, llegamos a esta ciudad, donde hemos visitado los asadores en al menos 6 ocasiones, y como siempre elijas el lugar que elijas nunca te equivocas.
ARANDA DE DUERO La capital del lechazo asado, XV Jornadas Gastronómicas durante todo el mes de junio. El cordero siempre está delicioso. Hemos tenido la gran suerte de coincidir en dos ocasiones con estas Jornadas donde calidad-precio están en perfecta armonía y todos los restaurantes tienen idéntico precio variando entrantes y postres pero con el lechazo igual. Perfecto, el lugar "Casa Florencio"
Menú:
  • Crema vichysoisse con boletus y virutas de lechazo
  • Rollito crujiente de lechazo con crema de manzana asada
  • Lecheritas con yogur árabe
  • Terrina de lechazo con crema fina de ajos y cous-cous de verduritas
  • Ensalada de la huerta
  • Lechazo asado en horno de leña
  • Torrija caramelizada con crema de almendra y chupito de canela
  • Vino crianza Monteabellón 2012 el que quisieras
  • Pan, agua... y regalo de morcilla típica de la zona a cada comensal
  • Precio 37 €
Relato el menú completo porque merece la pena. Extraordinario sencillamente, incluso no pudimos terminar con todo porque era imposible. Una visita a una bodega en los subterráneos de Aranda, con taberna y tienda de vinos, al parecer son muchas las que así se encuentran. Esta tenía 55 escalones según mi amigo Paco que tuvo a bien contarlas, yo no podía ni respirar subiéndolas.
Tras un paseo por el pueblo para ver lo más típico al tiempo que se va haciendo la digestión de tan tremenda comida, otro café y seguimos ruta hasta Logroño.

LOGROÑO
Aquí nos esperan unos amigos de mis cuñados Noberto y Ana, con los que habíamos coincidido en alguna ocasión en Granada y que son un encanto. Nos damos un paseo por la ciudad coincidiendo que está en fiestas y las calles llenas de gente ataviadas con trajes medievales, ofrendas, procesiones, etc... Y una vez visto lo esencial (ya conocemos Logroño) y aprovechando que no llueve, ruta gastronómica por las calles típicas como Laurel y... pinchos, cervezas y vinos a descripción. Fuimos a parar a un bar andaluz donde ponían entre otras muchas cosas, gambas y tortitas de camarones, aunque nada que ver con las de Sanlúcar de Barrameda, música a todo tiro de sevillanas, mejor salir de aquí porque esto ya lo conocemos bastante. Terminamos en el mesón El Charro (C/San Agustín, 9) donde pudimos degustar, ya sentados, unos puerros extraordinarios (un poco de fibra), pimientos del piquillo y chuletas a la parrilla, las proporciones de los platos tremendas. Yo quise morirme cuando vi la fuente de chuletas y era sólo para 4 personas siendo 6 los que estábamos. Eso sí, todo riquísimo, recomendado totalmente. Un beso a Santiago e Irene guías y amigos, ya nos veremos por nuestra tierra. Gracias.

Un incidente con nuestro coche en el aparcamiento del hotel NH Herencia, donde pasamos la noche y tuvieron el detalle de guardarnos el coche en su garaje, donde al parecer meten el coche en el aparcamiento aunque no quepa, tiene las columnas forradas de una gruesa capa acolchada para ir dando leches a diestro y siniestro hasta que lo encajan. Al día siguiente cuando intentamos sacarlo era imposible, tras 50 minutos intentando sacarlo, el coche salió bollado como lo habían metido, una plaza de aparcamiento que vale 19€ la noche y nos lo dan bollado. Tras las consiguientes reclamaciones y quejas, tema que queda pendiente y en vía de solución, nos hicieron perder la visita a la bodega de Haro que teníamos prevista. Poco profesionales y mediocre para tanta estrella.

HARO. Unas Vueltas por el pueblo de Haro con el mal sabor de boca provocado por el disgusto del coche y de no ver las bodegas Muga, que por cierto, está muy comercializada en todos los aspectos, anduvimos viendo otras bodegas y nuevamente a comer, que es lo mejor.

Algún pincho pero ya queríamos cuchareo. Nos recomendaron unas alubias típicas de la zona, Caparrones con sacramento, que es lo que en Andalucía se llama a la pringá. Tras ver varios sitios donde las ofertaban, nos decidimos por el que tenía una buena pinta, Asador-Restaurante Jarrera (Plaza la Iglesia 4) y que para mí fue una fatídica decisión, aquí se demuestra sobradamente que las apariencias engañan. Plato de caparrones quemados, ya desde que salieron de la cocina olían a pegado, nos cambiaron el plato por unas alcachofas en salsa que tenían una pinta penosísima, muy pasadas, el postre mediocre total y lo único aceptable la simple ensalada. Un fracaso de sitio que me dejó un poco asqueado el estómago por no comer con apetito por la mala pinta de los platos. No recomendado, por supuesto.

VITORIA
En el mismo hotel donde nos hospedamos la última vez, Silken Ciudad de Vitoria, bien en general, este hotel sigue estando a la altura, aunque los hoteles cada día son más austeros en todo a pesar de la categoría que ostentan. El papel higiénico con un color y textura muy de reciclado que está de moda y es más económico. Salvo ese detalle, lo recomiendo.

Una visita por la ciudad, casco antiguo, centro histórico, alguna protesta que otra sin mayor relevancia que siempre suele darse por la zona y, hora de pinchos. Visitamos algunos de los bares donde estuvimos la vez anterior como el Saburdi (Eduardo Dato 32), una buena ración de jamón ibérico, muy rico, unos pinchos muy variados, regados con el zurito, caña corta de cerveza servido en vaso ancho o vino de la zona que suelen estar muy ricos. Una ciudad muy bonita, aunque hay un dicho que dice "quien va a Vitoria no sale más" y es cierto porque salir de allí cuesta lo suyo, ya nos lo habían dicho pero pensábamos que no era para tanto. Ninguna indicación de dirección alguna, nos costó 50 km más de recorrido y más de 1 h de retraso.

AZPEITIA-AZCOITIA, Azcoitia sólo para visitar a mi madre y Azpeitia colindante, Santuario y basílica de San Ignacio de Loyola, fundador de los Jesuitas, majestuoso. La había visitado con anterioridad por lo que el paseo por los aledaños fue más que rápido porque andaba lloviendo. Al no haber reservado mesa en un restaurante nos tuvimos que ir de pinchos, cosa que a mi marido le encanta y más aun si es en barra. Un buen sitio donde se puede ir es el restaurante Lau-Bide (barrio Landeata 2), un exquisito lomo de bacalao, chorizo, etc.

Decir que por estos lugares se come pronto, es decir las 2 pm es una hora ideal porque más tarde os quedáis sin nada y vendidos los pinchos la cocina se clausura, así que no demoréis la hora de tapear o comer. Nosotros que acostumbramos a salir a las 3 pm nos podemos dar de bruces, a esa hora en muchos sitios ya estaban listos y no servían, terminamos en uno que suelen ir los jubilados a jugar, y que acertamos de pleno con los pinchos de merluza que estaban muy buenos, un rico lomo rebozado de merluza del norte. Nada que envidiar a muchos restaurantes de mi querida Granada que te ponen la misma cantidad en un plato grande y te cobran un dineral y es una simple pescadilla corriente. Finalmente una buena pastelería para rematar la jugada donde había amplio surtido en pasteles y bollería y encima nos obsequiaron con unos churros recién hechos.

BILBAO
Ultima parada y ultima noche. Hotel NH Deusto, no pudo ser otro mejor, estaba la ciudad al 90% de ocupación. El hotel más bien regular en su aspecto de entrada, aunque las habitaciones amplias y limpias que es lo que a mí me interesa realmente. Aunque con la experiencia del HN de Logroño ya íbamos un poco mosca. Pero fue correcto a secas.
Visita por la ciudad, paseo por la orilla del río, museo Guggenheim exteriores con el famoso perro de flores, puentes, etc. Como ya habíamos estado todos en esta ciudad, y el tiempo disponible era el justo, pues nuevamente de pinchos. El País Vasco es lo que tiene, que en todos sitios se suele comer bien y es otra forma de hacer turismo. Bitoque (Mazarredo 6), un cierto olor a fritangona al entrar, huevos de corral, decían, no muy de mi gusto. Promenade (Astarloa 5 Local 1), muchos pinchos de delicatessen tipo banderillas, con mezclas de ingredientes y sabores muy acertados, rico rico pero con eso no se come, sólo aperitivo aunque debo decir que bien cobrado para lo que es, recomendado pero no olvidéis la cartera si queréis comer a base de estos pinchos.

Hostelería Vasca Sau, Café Iruña (Berasategui 5) , lugar emblemático que hay que visitar, simplemente para ver sus salones, los techos árabes, los cuadros de la Alhambra y porque es un sitio de toda la vida, con clase, solera, donde un rincón lo ocupan para hacer auténticos pinchos de cordero y donde siempre hay amplias colas para solicitar el pincho moruno. Amén de todos los pìnchos que podemos ver y degustar. Es una visita obligada. Este lugar me recuerda a mi añorado bar El Suizo de Granada que no debería haber desaparecido nunca, un buen lavado de cara y a seguir siendo el típico café-bar de siempre con su exquisita ensaladilla rusa entre otras cosas, una pena que no exista.
En la mañana del domingo que regresábamos, en primera instancia un desayuno para aguantar tantas horas de camino, en Batzoki Abando (Henao 33), ya desde primera horas se pueden ver los pinchos que van colocando en las barras, nosotros el desayuno normalito pero bien atendido y un sitio muy agradable de ver y estar.
Recomendado el viaje tanto a la zona de la Rioja como al País Vasco lugares maravillosos para conocer y volver a visitar. Así como una amplia y rica gastronomía y multitud de (caldos), vinos extraordinarios.
Pero como debía haber un pero... lo que no me gusta es que los pinchos expuestos en las barras están sin protección, es decir sin cristal. Deberían mantenerse alejados de cualquier germen que pulule por el ambiente. Cuando se habla, se tose, (y menos mal que ya no se permite fumar), deberían tener por obligación, vitrinas donde se ven pero no se tocan, que permanezcan impolutos hasta su degustación. Y en algún  que otro sitio, mezclan cosas elaboradas listas para comer o calentar con las que aun no están cocinadas, eso no, no, no.
De cualquier forma, en este viaje hemos abarcado mucho territorio en muy poco tiempo y eso es un error, hay que ir más sosegado y permanecer en el mismo entorno al menos pernoctando y luego moverse por los alrededores. Mejor avión o Ave y coche de alquiler, más relajado. Yo estoy hecha unos zorros y ya no me recupero con facilidad, mi espalda, ni mencionar la lumbalgia que tengo y la cadera, ejem, ejem.

De vuelta
De regreso a Andalucía, a la salida de Madrid, siendo las 3.30 pm pasadicas, paramos a comer en el restaurante Los Arcos (ctra Andalucía km. 69.8 Dos Barrios, Toledo).
Pisto manchego, queso manchego, morcilla con piñones, sartén de migas y chuletón a la brasa muy ricos, las migas buenas pero distintas a las de pan que conocemos, como si el pan estuviera frito, los postres estupendos.
Servicio rápido, y con una buena brasa para la carne. Recomendado para quien pase a ciertas horas por la zona para comer bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario